Miraba en la televisión el parte de la COVID, un amigo me comentó:
La COVID son números mientras no afecte a tu familia.
Ahora comprendo mejor, vivo en una ciudad totalmente anárquica, muchas leyes y muy poca
disciplina, nos creemos muy solidarios y maltratamos a los vecinos.
No había reparado en la contaminación sonora. Me quito las chancletas y entro descalzo al
cuarto de mi hijo, le doy las pastillas, cierro con cuidado la puerta, les falta grasa a las bisagras.
El mensajero me trae el pan, no se puede limitar a entregarlo, tiene que hablar en voz alta, ya
están los vendedores ¿Quién hizo esa musiquita? Mozart, acabó con nosotros, los vendedores
de paletitas de helados la tienen grabada, aquí la estoy oyendo y está a dos cuadras, el
vendedor de galletas ya ha pasado dos veces, la de cebollas una, eso sin hablar de los claxon,
hay un bache al frente de mi casa, cuando vinieron con el asfalto, no alcanzó, el jefe de brigada
no ha terminado de asfaltar su patio, ahora si dos autos se van a dar cruce, ambos quieren
hacerlo por la senda en buen estado y ahí viene el claxon, pero no son solo los autos un bici
taxi puede tener el pito de una locomotora.
Cambiando de tema, no puedo cambiar, el criador de palomas tiene un silbato de policía, soltó
cincuenta palomas, muy lejos de aquí y ya les está pitando, debe haberse tragado una bocina
cuando chiquito, habla alto, combina el silbato con la voz “Yeaaa,Yeaaa”.
Pudiera acolchonar la habitación, pero y el calor, ahora se despertaron los del segundo piso,
cuantos decibeles genera ese equipo de música, digo de bulla, porque música no es.
Al fondo y al frente hay perros, le ladran hasta una mosca. Llegó el Alcalde, lo llaman así por
creerse cosas, pita antes de parquear y además prueba los frenos, arrastrando las gomas, mi
chico se pone la almohada en la cabeza ante tanta bulla.
En este instante estoy oyendo lo que habla el del fondo por teléfono: Mañana va para allá, a
hacer una conejera…y mi hijo lesionado, con su fractura de cráneo por un accidente absurdo:
Chocó con una carreta oscura en el medio de la calle. Somos los mejores, resilientes,
resistentes creativos y yo ¿Cómo logro silencio para mi hijo? El médico dijo, en casa está mejor.
Biografía Omar Rosa González, Ciego de Ávila, Cuba. 1956. Licenciado en Educación, ejerció como
profesor quince años. Posteriormente realizó un Técnico medio de Contabilidad, laborando
por más de quince años, como contador. Trabajó en la esfera Bancaria, ahora está jubilado y se
ha dedicado a escribir sus vivencias.
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