LAACHON de Juan Manuel Gómez Coates
- Juan Manuel Gómez Coates
- 8 ago 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 oct 2024
Cuando Ka´i alcanza su plenitud, Irama aprovecha las sombras de un frondoso trupillo para
descansar y comer la sandía que su madre le había dado como provisión para el almuerzo.
Luego de saciar el apetito, espera que transcurra la tarde, recostado sobre el tallo del árbol.
Llevará los chivos hacia la laguna, que él llama cariñosamente Laachon. Mientras aguarda,
piensa en la hermosa sensación de darse un baño en esas aguas que calman la sed a todos. La
ruta es larga para poder abastecerse de esa pequeña fuente de agua.
El territorio de los wayuu, se caracteriza por presentar escasez del líquido vital y cualquier
laguna que exista es un paraíso en medio de tanta sequedad. Los ranchos se encuentran
dispersos unos de otros, pero siempre tratan de construirlos cerca de las fuentes de agua. El
agua representa la unión de las familias, su ausencia representa miedo, hace presencia en los
mensajes de Lapü y en los rituales, ella es la vida misma.
Laachon vive por las bendiciones de Juya, padre Lluvia quien brinda el preciado líquido,
guardado en múcuras. Los alimentos que se preparan con él facilitan la vida en estas planicies
calientes. Para liberarlo del poder maligno de Wanülüü, los ancestros usaban paños para
filtrarla, la dejaban en reposo o con la pulpa de Yosu apartaban el agua que no se pudiera
beber, así se prevenían las enfermedades del estómago y la piel.
Durante su recorrido, Irama recuerda lo que dijo su abuela Carmen, la noche anterior durante
la cena: Juya los está castigando por los daños que los wayuu les están haciendo a los animales
y plantas al no respetarlos porque se dedican a cazarlos y talarlos solo por dinero, los alijuna
también les están causando perjuicios debido a que están contaminando las lagunas y hojas de
los árboles. Ellos le extraen carne a Mma de sus entrañas en ese lugar que ellos llaman
Cerrejón. Esa carne negra, ya profanada, la llevan en un tren que riega rastros de ella, siendo
una maldición para las fuentes de agua y plantas que se ubican al lado de la vía férrea. La
abuela decía que Juya ha dejado de derramar las bendiciones y la última de ellas, Laachon, no
demorará muchas lunas en secarse por los fuertes rayos de Ka´i.
Cuando el joven llega a la laguna se encuentra con otras personas de la comunidad, quienes
iban a lavar ropa y bañarse, pero han decidido regresar, otras llevan en sus recipientes el ahora
amarillento líquido. La anciana tenía razón: Laachon y las demás fuentes de agua se están
acabando, y la poca que queda en la superficie solo puede provocar que la gente se enferme
de diarrea y brotes en la piel.
Al darse cuenta de la poca profundidad de Laachon, Irama se resigna a asearse su cuerpo con
paños como acostumbra a hacerlo cuando cuentan con poquita agua durante la época en que
Joutai invade sus viviendas con la arena del desierto. Todos limitarán cualquier actividad que
demande gastar mucha agua. Para las próximas lunas, la sed de los chivos deberá saciarse con
la pulpa de Yosu para que no se mueran por culpa de Wanülüü.
Es seguro que su padre le pida ayuda para excavar un pozo en las arenas y así conseguir agua
dulce. Irama extrañará bañarse tres veces al día. El adolescente solo espera que los wayuu y
los alijuna dejen de comportarse mal con las plantas y animales para que Juya no los castigue
más.
Glosario:
Alijuna: Término que usan los wayuu para referirse a los que no son de su cultura, sinónimo de
extraño.
Joutai: Viento fuerte en periodos de sequía.
Ka´i: Sol.
Lapü: El sueño.
Mma: Madre Tierra
Wanülüü: Entidad maligna asociada a la sequía y las enfermedades.
Yosu: Cardón, cuya pulpa sirve de alimento en periodos de sequía.
Biografía Juan Manuel Gómez Cotes (Maicao, La Guajira, Colombia - 1987). Indígena Wayuu del ei’ruku
Epinayu.
Ganador de la Convocatoria de Estímulos 2020 “Arte en Aislamiento”, del Concurso Guajira
Mágica 2022 y del Concurso de Cuento de la Universidad de La Sabana 2022 “El encanto de mi
país”.
Comments