top of page

Sigan mirando la tele mejor


¿Porque mirar la tele? ¿Qué estamos en guerra? estas pueden ser las preguntas iniciales que dio inicio al presente ensayo del escritor Mariano Gallardo.


Sigan mirando la tele mejor


Nunca antes, un tema de interés mundial, se mantuvo oculto tanto tiempo, como el proceso independentista de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, si bien, (y ahora todo el mundo lo sabe) esto inició el 2014 en la frontera entre Rusia y Ucrania, por lo mismo, los medios de comunicación occidentales financiados por E.E.U.U. no se preocuparon de informar sobre aquella fratricida guerra, que ha cobrado miles de vidas, tanto de combatientes como de población civil.

Por el contrario, en las pocas ocasiones que llegó alguna información fue con la lógica de desinformar y más bien, tejer aquella manta de dudas y confusión, con la cual invisibilizar lo que allí sucedía.

Después de 8 años de guerra podemos saber que esto no se trata de una guerra por conflictos limítrofes, no se trata de una invasión, o una agresión por la violación de algún código religioso antiguo, lo que está sucediendo es el levantamiento de un pueblo contra el fascismo. No nos debiese resultar tan extraño, ni parecer tan lejano, estamos hablando de una historia conocida, son factores que se repiten, hablamos de una sociedad polarizada, de dos visiones de lo que debiese ser una sociedad, el clásico de la oligarquía contra el pueblo. Este clásico es un partido que nosotros en Chile ya lo jugamos, una vez, y lo perdimos. Sabemos cómo termina una historia en donde un gobierno gira hacia la izquierda y se enfrenta al capital, sabemos de los sabotajes y montajes que se emplean para desestabilizar un gobierno de izquierda, sabemos del Golpe de Estado y de la instauración de regímenes pro-yankees, financiados por E.E.U.U.

Hasta aquí nada que nos sorprenda mucho, lo loco viene ahora, lo que me parece digno de destacar, es que, en esta situación, en este momento del partido, cuando el pueblo, que se da cuenta de que está perdiendo por goleada, decide adueñarse de la pelota y sacar a la mafia que controla el juego.

Esto que comenzó con el referendo, en el cual Crimea declaró su independencia de Ucrania y proclamó su anexión a la Federación Rusa, proceso democrático, con un 96% de votación a favor, y que llevó al gobierno de Estados Unidos y al de Ucrania, a mover todos sus hilos en la Unión Europea, para castigar a Rusia por haber accedido a la petición de Crimea, imponiendo sanciones económicas y diplomáticas a Rusia, sin precedentes. Esto en vez de detener el proceso, lo incrementó, y una tras otra, diferentes comunidades de Ucrania, manifestaron la intención de unirse a la Federación Rusa y darle la espalda a la Unión Europea.

Claro que aquello no fue posible, y Rusia tuvo que negarles a Donetsk y a Lugansk la posibilidad de unirse a la Federación, pero la suerte ya estaba echada y los pobladores, que no desistirían de su intención de independizarse de Ucrania, se decidieron a formar sus propias repúblicas. Imagínense esto, es como si comunidades como Collipulli, o Purén, en Chile, Caquetá o Taganga, en Colombia, Chiapas o Puebla, en México, decidieran establecer su independencia.

Debo decir que desde el 2014 he seguido este conflicto armado, bien de cerca, gracias a internet, esto me ha permitido tomar contacto tanto con residentes y combatientes, como con agrupaciones de voluntarios que se encargan de los huérfanos y las viudas, que fue dejando esta guerra. Puedo señalar también, que ya después de haber aguantado 8 años de guerra, tanto la República Popular de Lugansk, como la República Popular de Donetsk, son una realidad y no se van a rendir. Puedo decir también que los ejércitos que las defienden están conformados por soldados profesionales, pero también por pobladores comunes, como tú y como yo, mineros, carpinteros, soldadores, profesores e ingenieros, tanto mujeres como hombres, puedo agregar, que estos ejércitos cuentan con tanques y armas rusas, no andan con palos y piedras, pero sí partieron así, porque hace 8 años, cuando la gente salió a la calle a cortar el tránsito y tomarse los edificios principales, para protestar contra el golpe de Estado orquestado por la derecha ucraniana, iban con palos y obviamente, con una buena cantidad de cocteles Molotov. Tomaron los cuarteles, se armaron y tomaron el control, incluso, sacando las armas con las que detuvieron a los nazis en 1945 y que guardaban en los museos.

En aquellas batallas no sólo se han enfrentado los pro-rusos contra los pro-yankees, se han enfrentado dos conceptos fundamentales de la sociedad, el capital y el trabajador, la libertad y la esclavitud, se han enfrentado con tal fuerza, con tal decisión, que el ejemplo de un pueblo organizado, la experiencia de una República Popular, de lo que la lucha de guerrillas representa, es lo que complica a occidente y a Estados Unidos en particular, eso es lo que los medios callaron y trataron de oscurecer, que la consigna de “un pueblo unido jamás será vencido” ha demostrado ser veraz.

Desde el 2014 al 2022, no nos habíamos enterado del nacimiento de un par de países nuevos en el orbe, tampoco nos habíamos enterado de que estos pueblos organizados, realizaron elecciones, eligieron representantes, y tienen una nueva Constitución. Un grupo de congresistas administra la República, y han emitido pasaportes que buscan la aprobación de la comunidad internacional. Tampoco nos enteramos, que en estos 8 años de vida las Repúblicas Populares sobrevivieron a la guerra, y que en estas batallas el pueblo cosechó héroes, enfrentándose a ejércitos de mercenarios nazis, guiados por partidarios de la extrema derecha ucraniana, que ataviados de esvásticas y enarbolando la SS, han sido capaces de cometer los crímenes más atroces y las torturas más brutales. “Batallón Azov”, “Comando Tornado”, son sólo un par de agrupaciones de voluntarios nazis que, recibiendo apoyo financiero, entrenamiento y armas de E.E.U.U., se han jactado de violar a mujeres y hombres, quemar y enterrar a personas con vida, crucificar y decapitar a combatientes de las Repúblicas Populares. No se exagera cuando estos grupos nazis del S.XXI suben sus videos a internet para proclamar su impunidad.

Durante 8 años el mundo guardó un silencio cómplice mientras estos crímenes se cometían, nadie lloraba en RRSS, la televisión no mostraba dudosas imágenes de bombardeos, señalando siempre que Rusia es el atacante. Tal vez alguien por ahí alcanzó a escuchar el 2015 algo sobre “los acuerdos de Minsk”, sin prestarle mucha atención, a ese acuerdo multilateral firmado entre Ucrania, Rusia, Francia y Alemania, donde se acordaba el alto al fuego y el respeto a las fronteras de las Repúblicas Populares, si bien, Ucrania nunca renunciaría a su soberanía sobre esos territorios.

El alto al fuego, que nunca fue respetado por Ucrania, sí detuvo el crecimiento de las Repúblicas Populares y evitó que otras zonas siguieran el mismo camino, pero principalmente sirvió para que los organismos de inteligencia ucraniana eliminaran, en arteras emboscadas, a los líderes y héroes de Donetsk y Lugansk. Guerreros como Motorola, Givi y Mozgovoy, no murieron en combate, los nazis de Ucrania nunca pudieron con ellos, tuvieron que matarlos por la espalda, luego de firmada la paz.

Es por ello que destaco el ejemplo de estos pueblos que se han independizado y que han encontrado a sus héroes en la calle, junto a ellos, no en una marcha pacífica, sino que en una guerra sangrienta.

Cuando los pobladores de Odessa, se enteraron de que un tren lleno de mercenarios, venía a asesinarlos, venía a terminar con su decisión de independencia, se organizaron de tal manera y lograron una convocatoria tan alta, que el convoy de nazis a sueldo, que venía a acabar con ellos, sintió tal miedo que pararon el tren, antes de llegar a Odessa, se bajaron, escaparon y mandaron el tren completamente vacío hasta la estación, donde todo el pueblo organizado lo estaba esperando. Sorpresa para ellos, habían ganado el partido porque el equipo rival, no se presentó a la cancha.

Ahora que Rusia decidió reconocer la independencia de las Repúblicas, ahora que la defensa de los habitantes de la zona del Donbass está liderada por Putin, ahora entonces los medios de comunicación informan, informan sobre la invasión de Rusia, sobre los bombardeos a población civil, ahora “todos somos Ucrania”, ahora pones tu hashtag en tu Facebook y lloras por la guerra, mientras sigues viendo la tele.


Mariano Gallardo, Viña del Mar, Chile. Profesor y escritor. Ha publicado en Chile las novelas: "Niebla Resplandeciente", "Valpóstumo", y "Rock'n Horcón".

Sus textos: "El cuentero celestial" y "De cuando el Quijote me enseñó a navegar sin embarcación" han sido publicados en España.

Desde el 2020 ha participado en las Ferias Virtuales del Libro de Argentina, Colombia, Uruguay, Chile, Perú, y México. En octubre del 2020 participa del I Congreso Virtual Internacional Espacio-tiempo y cuerpos: geopolítica propositiva para nuestra América, instancia en la cual presenta su ponencia: "América Nuestro Cuerpo".

bottom of page