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Recuerdo una tarde en la cual, mientras discutía de política, mencioné una frase con la intención de hacer comedia del hecho que la ignorancia es, hoy en día, lo más cercano a la felicidad: –La mejor conciencia es la inconciencia –dije. Al preguntárseme a qué me refería, me di cuenta que no había pensado lo suficiente en el significado, solamente formulé la oración y la dije. Quería simplemente satirizar la realidad parafraseando el célebre aforismo del escritor rumano Valeriu Butulescu: "La ignorancia es la carga más pesada, pero quien la lleva no la siente". Luego de haber sido cuestionado, me vi en la obligación de pensar más profundamente al respecto, necesitaba refinar ese pensamiento bruto, necesitaba darle sentido a las palabras para que éstas evolucionaran en una idea real.
En mi búsqueda filosófica terminé topándome con un movimiento llamado Epicureísmo, que llamó enormemente mi atención. Una forma de hedonismo, pero un tanto diferente de otras líneas de pensamiento similares, ya que consiste en la búsqueda de un placer modesto y sostenible, en pocas palabras, se busca el placer fundamentado en la tranquilidad y la ausencia de dolor, y esto para los epicúreos es el mayor bien, el mejor placer. Por lo tanto, sin importar que tanto placer momentáneo pueda ofrecer una experiencia, si por causa de ella debes pasar por algún sufrimiento, no es deseable. Y de manera inversa, si el sufrimiento por el que se deba pasar te dirige hacía un placer o satisfacción superior, entonces es deseable.
Parte importante del epicureísmo, al igual que con otras escuelas filosóficas griegas como el estoicismo, es la búsqueda de la liberación del miedo, principalmente de aquellas situaciones que a plena vista no dependen de nosotros, aunque en la práctica se utilizan doctrinas opuestas. Pues la filosofía epicúrea dice que el universo se mueve de manera aleatoria pero los humanos, al utilizar nuestros sentidos y conocimiento de la realidad, somos capaces de controlar nuestro propio destino. Por el contrario, la filosofía estoica dice que todo lo que sucede está predeterminado, es parte del destino, y por ello no es necesario preocuparse por algo que pueda o no acontecer, simplemente hay que estar preparado con sabiduría e inteligencia para adaptarse a la situación.
¿Pero todo esto qué tiene que ver con la frase que originalmente nos trajo hasta aquí? La respuesta a esta pregunta yace en las posturas que ambas escuelas helenísticas tienen hacia el ejercicio de la política, puesto que, para los estoicos, un ser sabio es aquel que participa activamente de ella. Sin embargo, para el epicureísmo es todo lo contrario, pues solo aquel que se desliga de la política puede ser sabio, debido a que estas posiciones solo complican innecesariamente la existencia del individuo y por ello no es capaz de ser feliz ni de estar en paz.
Estoy seguro que al igual que yo, muchas personas han desesperado al informarse sobre algunas posiciones que nuestros gobiernos toman muy de vez en cuando, y al desear el cambio nos imaginamos en una posición importante y con la capacidad de arreglar todo aquello que lenta pero constantemente se está echando a perder, pero ¿al estar allí podremos ser felices? He ahí el dilema, pues si la masa se regocija en la ignorancia es porque no conoce nada mejor, pero eso no cambia el hecho que somos mucho más felices al disfrutar de las cosas más sencillas de la vida. Por lo tanto, luego de debatir en mi cabeza por horas debido a mi simpatía y afinidad por ambos movimientos filosóficos, llegué a una contemporánea y convergente conclusión: has de trabajar como un estoico, pero jamás debes olvidar seguir buscando la felicidad como un epicúreo.
Roberto Aguilar (San Salvador, 20 de junio de 1994) es un editor, escritor, cuentista y poeta salvadoreño. Autor de los libros Pétalos de Izote (R-A Editores, 2022); Sentimientos y Otras Sensaciones (Laia Editora, 2023) y Cuentos Aleatorios (Laia Editora, 2023). Miembro del equipo editorial de la colección Literatura Contemporánea (Laia Editora, Argentina) y editor de la Revista Digital Cinco Pétalos (El Salvador). Seleccionado para las antologías A Una Voz (Ergo Editores, Perú); Contra Toda Violencia (Editorial Kañy, Argentina); Día Mundial de la Rima Jotabé 2023 (Real Orden Poético-Literaria Juan Benito, España); Ellas VIII (Diversidad Literaria, España); Escritores al Alba VII (Diversidad Literaria, España); Grandes Simios: II Concurso Artístico (Proyecto Gran Simio, España) y Letras 2022 (Revista La Oca Loca, España). Con textos publicados en BreveMente (Nicaragua); CCM R-A Editores (El Salvador); Cisne Revista Digital (México); E-Axolotl (México); Eksentrika Magazine (Malasia); Revista Brevilla (Chile); Revista de Arte y Literatura Crisopeya (Colombia); Revista Digital Cinco Pétalos (El Salvador); Revista Literaria Alborismos (Venezuela); Revista Mal de Ojo (Chile); Revista Primera Página (México) y Revista Virtual Quimera (Costa Rica). Finalista del 12° Certamen “Picapedreros” de Poesía, Microrrelato y Guion (España), sección de poesía.