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Reseña de “Julieta y Julieta: una historia de amor imaginario”, de David Muchnik, editorial Liberoamérica, 2021.
El mundo es hostil; la familia, disfuncional; la escuela, violenta. Por eso Julieta imagina. De su imaginación nace su amiga volcánica, la del cabello de rulos, la que se anima a la venganza, la que está dispuesta a todo por amor a su imaginadora. Ella también se llama Julieta y las dos se aman, y hablan en su lenguaje secreto, que las protege, y pasan tiempo en su planeta especial, la plaza a la que bautizaron Saturno. Pero ese mundo hostil y adulto no cede y se empecina en separarlas.
En su segunda novela, David Muchnik cuenta esta historia en la voz de la Julieta imaginada. Un personaje que es espejo de la protagonista y que depende de ella para existir, aunque con el paso del tiempo descubra que también necesita su autonomía, incluso a riesgo de desaparecer.
El hallazgo de esta voz es el tono poético y feroz que Muchnik logra para narrar esa etapa bisagra que es el final de la infancia, para contar la crueldad a través de las palabras de quien no entiende del todo lo que ve y vive, incluso el desamparo y las perversiones de los adultos. Una historia de oscuridad luminosa, que encanta y atrapa, que inquieta por lo que dice, pero mucho más por lo que sugiere.
María Victoria Vázquez tiene publicados dos libros con la editorial Textos Intrusos, “Frío” (2016) y “Salamandra” (2019). En 2020 fue seleccionada para participar de la antología de cuentos, “Trenes” de Ediciones El Narratorio (2020) y del “Diccionario de poesía” de Textos Intrusos. También colabora con publicaciones digitales como las revistas “MiNatura”, “Ragnarök” y “El Narratorio”. Tiene un blog llamado “Comocontintachina”.
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